Volvemos a las andadas

Volvemos a las andadas

Sombreros de copa con los que
desafiamos las barreras que existen
entre la humildad de su persona
y la soledad que se siente sin un
abrazo cualquiera

Arrastra mi mano hasta el agujero,
negro como tu querer en mi imaginación
rojo como tus ojos en mi nula caridad
Soltar los relojes que cuelgan de tus manos
y que la hora pare por fin

Que estúpidos fueron al pensar que yo era el siguiente en caer…

La verdad de una mentira

La verdad de una mentira

A dos palmos del suelo
encuentro la verdad de tu mentira,
aquella que consistía en
tirar por la borda mis ilusiones

Olas de un mar de fuego
que sacuden los movimientos de sus alas
arrastrando hasta la arena
todo su esplendor

Llamas de un fuego apagado
Hojas de un libro que narran una historia
interminable para los desventurados
también para los que en sí, fortuna albergan

Era llegar a los pies de la ciudad,
mirar el mar y extrañarte,
como si la llanura de agua
fuera objeto para mí, pero no;
sólo era objeto de plegarias para el hombre

Y ahora dime…
¿Cuántos pétalos a de tener una flor
para que aparezca un simple te quiero?

Cuando veas que las agujas caminan hacia atrás

Cuando veas que las agujas caminan hacia atrás

Y se fue con el viento
Y se fue y no volvió
Y se fue sin decirme que nunca me extrañó

Y surgió una nueva alegría
Y surgió para siquiera llegar a palparla
Y surgió sin haber dicho que las agujas
ahora caminaban hacia atrás

Y colgó las ilusiones en la puerta de la entrada
Y colgó mi cuello ahorcado y rió sin decir más
Y colgó dos puñales sobre mis penas
para no volver a mirar jamás

Y sufrió por sufrir y amo por amar
Y sufrió sin decir que lo hacía por reírse un rato de mi
Y sufrió por extrañar al perdido y decir
que lo mío, sin empezar, había acabado.